Era una pequeña granja donde vivía una pareja mayor, un día la esposa le encargo al granjero que comprase trampas para ratones. Al ver el ratón que estaban colocando trampas se asustó mucho y gritando se dirigió a pedir ayuda y contar su problema; habían puesto trampas para matarlo. A la gallina le dijo y ella lo pensó y le dijo, ese no es mi problema es tuyo, soluciónalo tú. Triste, con miedo se dirigió al cerdo y a la vaca, y hasta al caballo.
En todos encontró la misma respuesta que no era problema de ellos, y se alejaban. Asustado se escondía. Una noche la esposa del granjero sintió un ruido y pensó que habían atrapado al ratón, cuan grande fue la sorpresa, pues sin prender la luz, quiso tomar la trampa y había una víbora atrapada por la cola , la cual por supuesto la mordió. Con intenso dolor llama a su esposo quien viene a ayudarla , la acuesta, la rodea de cuidados y mata a la gallina ya que es sabido que al enfermo debe hacerse un caldo de gallina,. Como no mejoraba, vendió al cerdo para pagar al médico quien indico reposo y medicamentos. Como era una granja tan pequeña se vio obligado a vender la vaca para comprar los medicamentos y cuando al final su señora fallece, vendió el caballo para pagar el entierro. Este es un cuento anónimo, pero desde que me llegó demuestra que la indiferencia con los problemas de los demás, no es buena y que todos pueden verse involucrados.
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